domingo, 28 de abril de 2013

Sesiones de Cine I

Tema 3

De los que abren un diccionario de traducción y en vez de ponerle Weekend at Bernie's y Groundhog Day decide que mola más Este muerto está muy vivo y Atrapado en el tiempo, y de aquel listo que en vez poner mogoles (del turco mo'gul) a los súbditos de Gengis Khan, pues pongo mongoles porque sí, hoy tenemos: ¡Suspense!, que en inglés es The Innocents o The turn of the Screw.





El argumento de la película está basado en la novela de 1898, The Turn of the Screw de Henry James, traducido bien como Otra vuelta de Tuerca, con escasas variaciones entre una y otra, en comparación con otras adaptaciones del cine desde la literatura. Empieza con un primer plano de títulos que nos muestra una manos de mujer sobre un fondo negro, sollozando y rezando, mientras un dueto de flautas traveseras crea una atmósfera inquietante en el espectador, para dar paso a una orquesta mayor. Tanto el uso de la fotografía como el de la banda sonora será las claves principales de la película, y es especialmente rara para la película media de esta época, en blanco y negro (y si no, ver Retrospecter, de Muchachada Nui). Esta unión entre buena película y buena banda sonora, o buena música ambiental, creada exclusivamente para ella, es algo que se repite en los viejos y en los nuevos tiempos, aunque actualmente... no.

A continuación, vemos el verdadero principio. Finales del siglo XIX. Un hombre de negocios, Bly, multimillonario y dado a los viajes de negocios, despacha en su ambiente de poder, ostentación y refinamiento que es su despacho, a la nueva institutriz de sus dos sobrinos, de los que es tutor legal al ser huérfanos. La conversación rota en parte al establecimiento de poder de este hombre y el ademán seductor del mismo, al que la mujer, Miss Giddens, corresponde, no sin haber dos cosas estrañas: a) la pregunta de Bly ¿Tiene usted mucha imaginación? b)la errática respuesta de Miss Giddens a que le ceda el poder absoluto sobre sus sobrinos, pareciendo que le pasa algo.

Cuando la institutriz llega, decide parar en el portón y explorar el territorio, encontrando a Flora, su pupila, junto al estanque, con una tortuga: todo parece tranquilo y feliz, simbolizando el director estos momentos con unas flores blancas (ya sea del propio jardín o que la criada va colocando en las distintas habitaciones). Conoce ésta a la "ama de llaves", la señora Ross o Gross, que le transmite paz y que no quiere hablar de la antigua institutriz, que murió en circunstancias que no quiere desvelar. Esto, hasta que llega una misiva del internado de Michel, su otro pupilo: ha sido expulsado, al parecer por inducir a la corrupción. En la sociedad victoriana, es de suponer que es igual de grave que en la actual, pero Miss Giddens, con su educación religiosa protestante, lo toma como serio, a la par que la criada no quiere que sea verdad. Su primer contacto es relativamente benigno, si bien, o las circunstancias provocadas o no terminan por mostrarnos un lado malvado de Michel, que es extensible a Flora.

Es aquí cuando todas las lecturas de esta película confirma en que se divergen las tramas, según la personalidad de quién está viendo la película, y es quizá uno de los mayores puntos fuertes de la misma:

- Trama A: Los niños no están poseídos, son perversos, y la institutriz está enloquecida. Esta trama se sustenta porque lo que quieren Michel y Flora es estar con su tío Bly, juntos (por eso Michel hace que le expulsen del internado), y no quieren a Giddens como madre, institutriz, o algo parecido. Por ello, se inventan una historia de fantasmas y tienen comportamientos atípicos, para desencadenar este estado en la propia institutriz. Ella tiene parte un inconsciente reprimido, en base a su estricta educación religiosa y a tener  al padre ausente, pero no sabemos hasta que punto influye más allá de su modo de enfocar las cosas. Al final, los niños no se salen con la suya, desatan una "bestia" que hace que Flora sea trasladada a casa de su tío, y que mata de miedo a Michel en el acto final.

- Trama B: Los niños sí están poseídos, son inocentes, y la institutriz está cuerda y se enfrenta a un mal de otro mundo. Esta trama puede sostenerse por las historias de la criada y Vincent Quinn, el jardinero, siendo éste un sádico y ambos lujuriosos desenfrenados. Éstos no habrían descansado en paz y serían capaz de inducir a Michel y Flora a cometer actos impropios, tal como si los muertos fueran capaz de poseerlos para dar rienda suelta a sus pasiones más allá de la muerte. Y se menciona, por parte del ama de llaves, que quizá llevaran esa lujuria desenfrenada a propasarse con los niños en vida. Entonces, la institutriz se convierte en heroína salvadora, que desvela estos misterios, aunque al final fracase en su intento de liberar a Michel de las garras de Quinn al morir éste en sus brazos.




Hmm, no tengo nada mejor que hacer que atacar unos fantasmas con un candelabro
como si no hubiera suficientes cortinas en esta casa como para provocar
un incendio y los espectros no fueran incorpóreos.
¿Qué la institutriz está teniendo una pesadilla grotesca? Na, en vez de despertarla,
me voy a quedar observando, A ver si despierta y le doy un susto de muerte.


A parte de la música, la doble trama y la propia fotografía, también los guionistas, o quizá el mismo Jack Clayton, hace alarde de sus amplios conocimientos de psicología y simbolismo. Existe dos planos básicos de escenario de la película: a) Luz, representando la Inocencia. Se muestra en la película en las rosas blancas que van apareciendo en los jardines y en las macetas y floreros. La institutriz tiene ropajes que consideramos como normales. Hay palomas, y animales amigables como unas tortugas o una mariposa. También es, en la escena que explora la casa de noche, unos candelabros despejando la oscuridad que la envuelve. b) Oscuridad, representando el Caos... o la propia Perversidad (si es de la institutriz o de los niños, depende de su elección). Se asocia estos estados al viento turbulento, cuervos graznando, arañas devorando mariposas, escarabajos saliendo de estatuas, y normalmente con Michel, porque los niños, con una tasa de mortalidad muy alta en el siglo XIX, puede interpretarse como algo que está en este mundo pero se comunican con los de la muerte. La institutriz se viste con ropajes negros, oscuros... Todo ello en una ambientación del siglo XIX en una mansión que probablemente sea de un estilo anterior (georgiana).



En resumen, es una buena película, ideal para verla un día que no tienes mucho que hacer y que casualmente reponen por la tele en sus horas muertas (léase cuando estos espacios los ocupan las brujas del Tarot o los concursos "Llama y Gana" (que están tan fuera de la ley y de la dignidad humana que se hacen en Holanda)). Los puntos fuertes es el valor artístico de la cinta, si bien la trama no engancha y no dinamiza tanto como algunas películas de Hitchcok como Los Pájaros o Psicosis, la factura es exquisita. De la dirección y de la interpretación de Deborah Kerr, o incluso de la tetricidad de los niños, se puede aprender si te quieres dedicar a la cinematografía. Y puestos a ver cine malo actual, mejor éste, aunque ya había películas malas en los 80 (véase El Ataque de los Tomates Asesinos, desde un punto de vista es tan mala que da risa) y también en blanco y negro (si no que se lo cuenten a los pocos que se atrevieron a ver a Bela Lugosi con el "mejor director" de la historia, Ed Wood (fue tan malo que el biopic fue relativamente mejor).